Fondue, una manera divertida de comer queso

Los franceses y los suizos son unos magníficos especialistas de este plato.

La Fondue es, en esencia, la cocina de aprovechamiento. Los mejores quesos para hacer una fondue son los que están más secos, especialmente los de vaca y los de cabra mezclados.

Elaboración (tenemos de partir de la base de que tenemos el aparato de fondues):

Cogemos los restos de queso que tenemos en la nevera des de hace tiempo. Si no tenemos, hacemos una selección de 3 quesos curados en nuestra tienda de confianza.
Sacamos la corteza y las partes que vemos más feas. Cortamos los quesos en dados pequeños (de la medida de un garbanzo).

Ponemos a calentar la fondue con un chorro de vino blanco.
Cuando el vino esté caliente, añadimos los dados poco a poco para que se deshagan con el calor de la cazuela. No paramos de mezclar hasta que los grumos se fundan.

Si tenéis la suerte de disponer de aceite de trufa o trufa de verano, podéis rayar un poco por encima.

A parte, tendremos a punto: pan tostado cortado a dados, frutas(manzana, naranja). Lo acompañaremos con un vino blanco del Pla de Bages.